Elon Musk decidió premiar a la fauna con razón
Mientras el mundo entero digiere la posición de Bill Gates sobre los "mil millones de oro", Elon Musk decidió recompensar a la fauna con razón. Hemos escuchado noticias sobre chips Neuralink implantados en animales antes. Pero la ciencia aún no ha llegado tan lejos.
Evolución o degradación de la humanidad
Un avance tecnológico en el campo de la ciencia es genial. Los resultados del chip implantado en el cerebro del mono son realmente impresionantes. Especialmente el hecho de que el animal salvaje haya aprendido a jugar Pong con el poder del pensamiento. Está más allá del control incluso de una persona. Pero, ¿todo parece tan optimista en el futuro?
El fundador de la empresa Neuralink (Elon Musk) asegura que esta tecnología es inofensiva. El desarrollo, según el autor, se lleva a cabo para que una persona pueda expresar sus pensamientos en papel más rápido que la escritura a mano o la entrada de voz. Y todo parece seguro, interesante y solicitado. También se suponía que la energía nuclear generaba electricidad, no se usaba en cohetes.
Cómo funciona todo para Neuralink con un mono
Inicialmente, pusieron al mono en la computadora y le dieron un joystick de juego en sus patas. Usando el método de la zanahoria, se le enseñó al primate los conceptos básicos del juego. Donde la mermelada de plátano sirvió de premio. Después de eso, se introdujo un neurochip en el cerebro del animal. La tarea del chip es rastrear la actividad cerebral del mono y compararla con las habilidades motoras de las manos.
El siguiente paso: se quitó al mono del joystick y se le ofreció continuar el juego sin la herramienta de entrada. De esta forma, se crea un canal de comunicación entre el chip y el juego de computadora. Y todo salió bien para Neuralink. Esta noticia es agradable y aterradora al mismo tiempo. Después de todo, nos encontramos nuevamente en el umbral cuando tenemos que elegir entre "átomo pacífico" y "armas".
No se sabe qué nos traerá esta tecnología en el futuro. Pero me gustaría esperar la prudencia de los líderes de las potencias mundiales, de quienes depende el futuro del planeta Tierra.